Tres días bastaron para enamorarme de esta ciudad . Tingo María, con su selva increíble y majestuosa, hizo que quiera quedarme por mucho más tiempo! Aplaudo con mucho amor a todas las familias de esta ciudad que, durante los 80’s y 90’s, sufrieron a causa del terrorismo que amenazó al Perú y también por los traficantes de droga; pero esto no impidió a que sigan trabajando con ímpetu y así, poco a poco, han logrado crear esta hermosa ciudad. Aplaudo también, como han sabido aprovechar sus recursos naturales y usarlos para crear un Turismo Sostenible, donde la economía no se aprovecha de la población y sí respeta la naturaleza. Ellos, son una muestra de que trabajando juntos, todo se puede.
Amigos viajeros, estoy más que feliz por contarles esta segunda parte del viaje que hice en enero del año pasado, ya que este es un lugar que me dejó muchos recuerdos y al que volvería mil veces. Acompáñame a realizar este viaje de recuerdos por la ciudad de Tingo María.
El grandioso paso de los Andes a la Amazonía!
En la entrada anterior, les conté todo sobre mi viaje a Huánuco, y parte de este viaje planeado (no tan bien… en la siguiente entrada sabrán por qué!) era visitar unos días la ciudad de Tingo María. Esta forma parte de la región Huánuco y queda a tan solo 2 1/2 horas de recorrido en auto. Déjenme decirles que, de todas las veces que he andado en auto.. esta es la vez que más disfruté, y es que tienes la oportunidad de ver el paso y el cambio que hay entre las montañas enormes y rocosas de los andes peruanos, hacia las montañas verdes y frondosas en cuyas faldas crecen infinidad de flores, entre ellas la hortencia, la cual verán en todo tamaño y en mil colores. Tuve la suerte de estar como copiloto, así que, estuve en primera fila para ver este natural espectáculo. Recordemos que, Tingo María pertenece a la región geográfica de la Selva Alta o ‘Rupa Rupa’ y es, por esta razón, que está rodeada de montañas llenas de bosques. Pero! No te preocupes por la altitud! Así tenga montañas, Tingo María ciudad, tiene una altitud de 647 m.s.n.m. por lo que el mal de altura, no será un problema.
Diversión total en las cataratas de Tingo María!
No había mejor manera de ingresar a Tingo María que estando súper relajados! El clima ese día ayudó muchísimo, hacía calorcito, así que, llegar al Balneario Cueva de las Pavas, fue propicio! Recuerda que, cuando viajas a la selva, siempre debes llevar dos cosas a la mano: Ropa de Baño + Toalla. Básico amigos, básico! En cualquier momento te puedes encontrar con una catarata, laguna, balneario, que simplemente te invitan a darte un chapuzón en ellas.
Muy cerca al balneario Cueva de las Pavas, se encuentra la catarata Santa Carmen, aquí nos divertimos un montón, porque hay mayor profundidad en el agua y eso permite que puedas subir a lo alto de los árboles y lanzarte el agua!! Siendo sincera.. yo no lo hice jaja. Pero en mi grupo habían personas aventureras y decididas, quienes subieron hasta la rama más alta del árbol, y, aunque se demoraron un poco en hacerlo.. al final se lanzaron al agua refrescante de Santa Carmen. Un lugar muy agradable para descansar, es sobre las grandes rocas que rodean a la pequeña laguna, y, que se encuentran tibias por estar bajo el sol. Eso si! Échate full repelente! O, si puedes, te recomiendo comprar las pulseras-repelente que funcionan a la perfección y son eco amigables .
Lugar Mágico!! La Cueva de las Lechuzas!
Este fue el lugar que tanto esperaba visitar, y, el que me motivó a añadir Tingo María a este viaje. La Cueva de las Lechuzas se encuentra ubicada ya dentro del Parque Nacional de Tingo María, la cual fue establecida como tal en el año 1965, de echo, es una de las más antiguas Áreas Naturales Protegidas del Perú.
Luego de manejar cerca de 30 min, nos detuvimos a un lado del Río Monzón, un río caudaloso pero que, al mismo tiempo, te transmite una energía serena y hasta hipnotizante, recuerdo haberme quedado viendo el movimiento del río por varios minutos. Luego, se camina por una avenida llena de puestos de bebidas exóticas, dulces, artesanías, etc, de eso les contaré en un momento, hasta llegar al ingreso de la Cueva de las Lechuzas. Los costos para ingresar a ella son los siguientes: s/.30.00 para extranjero, s/.10.00 para peruanos y s/.5.00 para locales.
Después de pagar el ticket de ingreso, comenzamos con una caminata de casi 10 min en terreno plano, donde vimos distinto tipos de árboles, muchos de ellos medicinales. Nuestro guía fue fabuloso, conocía toda la flora y fauna del lugar, así que nos fue dando información durante el trayecto, hasta llegar a la famosa, pero mal llamada, Cueva de las Lechuzas.
Aquí me vine a enterar, de que no hay lechuzas que habiten este lugar, pero sí unas aves muy parecidas a ellas llamadas guácharos, las cuales durante el día duermen – produciendo muchos sonidos – y, de noche, salen a buscar su alimento preferido: las nueces de palma.
A través de una escalera, fuimos subiendo hasta llegar a la gran abertura de la cueva, la cual mide aproximadamente 20m de ancho y 25m de alto. Cuando uno lo ve desde afuera, tal vez no siente la emoción, pero cuando estas ya dentro de la cueva y miras hacia el ingreso, es ahí donde se forma la magia!! Nuestro guía, y esto es algo que sucede cada vez que entro a una cueva, nos comenzó a narrar sobre las distintas formas de estalactitas y estalagmitas que puedes encontrar mientras vas caminando por la cueva. Debo mencionar que, son cerca de 400m los que se caminan estando en la cueva, aunque nos mencionaron que hay mucho más por investigar. Ya dentro, te encuentras también con una variedad de insectos, aves, etc, eso sí! No quiero asustarte pero, prepárate mentalmente para ver cucarachas enormes, no nos tocó ver voladoras felizmente, y no es que estén por donde tu caminas tampoco, debido a que el recorrido se realiza por un camino elevado de madera, y, es debajo de este, donde están estos insectos que a más de uno, asustó. Pero tranquilo.. porque una vez que sigues recorriendo el lugar, hasta te olvidas de ellos .
La magia ocurrió cuando llegamos al final de los 400m, estábamos en medio de la oscuridad, donde solo se escuchaba el sonido de los guácharos, y, si es que iluminabas por unos segundos la parte superior, podías ver familias de murciélagos apachurrados entre ellos. El guía nos indicó que cerráramos los ojos por un minuto para sentir todos los sonidos, lo cual fue increíble, y, al abrirlos, nos indicó que volteáramos, es ahí cuando la emoción me embargó, ver la abertura de la cueva desde ese rincón, es completamente distinto, puedes ver, a través de ella, las montañas verdes, el cielo azul perfecto, rodeados por este marco creado por las formaciones rocosas.
Luego de ese momento de conexión con la naturaleza, regresamos al lado del río Monzón, donde estaban las bebidas exóticas. Algunos aprovecharon en comprar agua de coco y, nos dimos con la sorpresa, de que ese día se instaló una nueva norma en el Parque Tingo María, la cual, prohibía por completo el ingreso de plástico al parque. Por tal motivo, desarrollaron sorbetes a base de bambú! De verdad espero que otros parque nacionales realicen lo mismo! Es una buena forma de reducir la basura contaminante que se deja en las áreas naturales.
Caminata por el bosque encantado!
La Laguna de los Milagros, se encuentra ubicada a solo 30min de la ciudad de Tingo María y es un paraíso en medio de la selva, una laguna de 8m de profundidad formada por el agua que brota del Cerro Belén, el cual apreciamos apenas llegamos a la laguna y al cual nos dirigimos haciendo uso de una lancha.
Cuando llegamos a la orilla del cerro Belén, nos esperaban un grupo de mujeres, habitantes del lugar, quienes se convirtieron en nuestras guías. Ellas nos explicaron sobre las plantas medicinales que crecen en ese lugar como el ayahuasca, chakraruna, ajo, etc. Así mismo, nos presentaron árboles de los cuales jamás había oído hablar, como, los árboles caminantes, llamados así por sus raíces fuera de la tierra, las cuales parecen extremidades y dan la sensación de que se estuvieran moviendo. Este bosque encantado, también envuelve algunos misterios, y es que sus habitantes nos mencionaron sobre la presencia del famoso Chullachaqui, el cual sale todas las noches a recorrer el bosque, y hasta una de nuestras guías afirma haberlo visto.
Sin duda alguna, uno de los árboles más importantes del lugar y la estrella de este recorrido, es el árbol ‘Lupuna’, el árbol milenario, el cual mide 60m de alto y el cual posee un tronco tan ancho que te invita a correr hacia el y abrazarlo. Ese momento fue muy especial, porque dentro de mi grupo, habían niños que, al ver al árbol, corrieron hacia el diciendo ‘WOooWWWw’ y es que a todos nos sorprendió su tamaño y su historia milenaria. Este árbol envuelve muchos mitos y leyendas, y es uno de los árboles más respetados por la población indígena; aunque, existen malas personas que lo buscan para talarlo ilegalmente. A mi parecer, las comunidades, el sector turismo y las municipalidades, deberían trabajar juntos para proteger a estos árboles que forman parte de las comunidades nativas, y, que son, admirados por todas aquellas personas que amamos la naturaleza.
Por último, terminamos nuestro recorrido buscando las famosas semillas del Huayruro, de las cuales se cree, que funcionan como un amuleto. Esta caminata, es ideal para hacerlo con niños, debido a que, en varios puntos del bosque, se han habilitado juegos ecológicos, seguros y muy divertidos, hasta los adultos hicimos uso de ellos! Y como es de esperarse, después de hacer la caminata, la cual nos dejó muy acalorados, nos dimos un chapuzón en la Laguna de los Milagros, y nos quedamos ahí cerca de 1 hora.
El atardecer que nos regaló la Bella Durmiente
Seguro has escuchado que, a Tingo María, se le conoce como la ciudad de la Bella Durmiente ¿Cierto? Y es que hay una cordillera que rodea la ciudad y que crea la silueta de una mujer acostada como si estuviera durmiendo. Tuve la oportunidad de ir al mirador de la Bella Durmiente justo al momento del atardecer, cuando el cielo se tiñó de un azul oscuro con tonalidades lilas y moradas, nunca había visto un atardecer así, las luces de la ciudad se fueron prendiendo y la luz de la luna se fue reflejando en el río Huallaga. Esta atmósfera hizo que se viera de una manera muy clara la silueta de la Bella Durmiente, y, aunque a mi alrededor habían muchos sonidos (es un lugar muy visitado por locales y turistas), me tomé unos minutos para meditar y agradecer de haber estado ahí, en esa bonita ciudad. Fue la manera perfecta de despedirme de Tingo María, con la promesa de que volvería a visitarla .
Y así pasé mis tres días en Tingo María, lugar que te enamora con su naturaleza, con sus historias, con sus miles de leyendas y hasta con sus tragos exóticos. Su Bella Durmiente nos hace despertar de un sueño profundo, para poder ver que estamos rodeados de maravillas y que, si trabajamos en comunidad, podemos protegerlas. Aplaudo la gran labor de todos los guarda parques a quienes conocí en este viaje y que de verdad espero volver a ver para seguir maravillándonos juntos .
Datos útiles:
Altitud: 647 m.s.n.m (ciudad de Tingo María).
Vías de acceso: Aéreo y terrestre.
Fechas Festivas:
– 19 – 24 de junio: Fiesta Regional de San Juan
– 24 de setiembre: Virgen de las Mercedes (Pumahuasi)
– 15 de octubre: Aniversario de Tingo María
– 8 de diciembre: Virgen Inmaculada Concepción (Tingo María).
Para más información sobre este destino, ingresa a: https://www.peru.travel/es-pe/donde-ir/huanuco.aspx